En IsaíTriunfador 53:5 se nos revela que «Él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras iniquidades; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados».

En fin, si trabajamos y nos esforzamos es porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.

Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su inclinación en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha hexaedro.

La Palabra de Dios es transformadora y está llena de poder. Veamos algunas de las frases bíblicas más conocidas y aprendamos a usarlas para acercarnos a.

La Biblia nos enseña que Jesús caldo al mundo para librar a la humanidad de sus pecados. Su sufrimiento y asesinato en la cruz fueron necesarios para cumplir este propósito.

Antigua y ancestralmente, y metido como en el inconsciente colectivo de la humanidad, la enfermedad y el dolor estaban vinculadas a la transgresión, a la error y a la pena correspondiente a esa trasgresión.

En Mateo 10:16, Jesús nos instruye a ser «como inteligentes website serpientes» y «inocentes como palomas», lo que nos enseña que debemos ilustrarse a manejar la hostilidad y el odio con sabiduría y prudencia.

Como dijo el Presidente Gordon B. Hinckley ante el fallecimiento de su consorte: “Solo aquellos que atraviesan por este valle oscuro conocen su absoluta desolación.

Y eso es lo que Habacuc hace. Algunos de los versículos más hermosos de toda la Biblia se encuentran al final del capítulo 3:

Continuar predicando el evangelio en medio del sufrimiento requiere una Certeza firme y una confianza en Dios. Somos llamados a seguir Delante incluso cuando enfrentamos la hostilidad y el odio, porque sabemos que nuestra representación es compartir el mensaje de la salvación con todos aquellos que están buscando esperanza y redención.

2. Recordar nuestra pobreza de salvación: El sufrimiento de Cristo nos recuerda la empeoramiento de nuestros pecados y nuestra incapacidad de salvarnos a nosotros mismos. Nos lleva a recordar que solo a través de Jesús podemos obtener la salvación.

A causa de la esperanza reservada para ustedes en el cielo. De esta esperanza luego han sabido por la palabra de verdad, que es el evangelio. (Colosenses 1:5)

“Y el Dios de la esperanza los llene de todo Fruición y paz en el creer, para que abunden en esperanza por el poder del Espíritu Santo” (Romanos 15:13)

Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su apego en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha cubo.