Como suele ser el caso, antiguamente de que podamos considerar las enseñanzas genuinamente radicales de Jesús sobre el sufrimiento, primero debemos pensar en su contexto religioso y cultural.

Pero el Señor es un maestro que no nos deja solos. Nos asiste porque conoce nuestra afición y sabe que necesitamos ser acompañados.

En conclusión, los textos bíblicos revelan claramente el sufrimiento profundo y significativo que Jesús experimentó por bienquerencia a la humanidad. Su sacrificio en la cruz nos muestra el simpatía incondicional de Dios y nos desafía a seguir su ejemplo incluso en medio del sufrimiento.

Sin bloqueo, a veces, cuando solo un milagro será suficiente, nuestros intensos deseos y fieles oraciones no producen el resultado anhelado. Tampoco la Seguridad tranquiliza constantemente nuestros temores y alivia nuestras cargas. En algunas situaciones nos sentimos abandonados.

Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios, creador del gloria y de la tierra, del mar y de todo cuanto hay en ellos, y que siempre mantiene la verdad.

por medio de quien incluso hemos obtenido entrada por la Certidumbre a esta Gracejo en la cual estamos firmes y nos gloriamos en la esperanza de la edén de Dios (Ro 5:2).

La continuación de predicar el evangelio en medio del sufrimiento asimismo nos recuerda la importancia de la comunidad y el apoyo mutuo entre los creyentes.

Entonces, ¿cómo haremos eso? Observa el cronograma de la clase en el reverso de tu folleto. Las semanas 1 al 4 establecen un situación bíblico para el sufrimiento. En las siguientes semanas, aplicaremos check here ese marco. Y por último, como puedes ver en el título de la clase 10, nuestro objetivo es uno arribista: El sufrimiento como afirmación. No es una simple clase de supervivencia, sino una clase para prepararnos para usar el sufrimiento para traer gozosamente honor y gloria a nuestro Rey de una forma que sea dramáticamente atractiva a los que nos rodean. Como dice Pedro al escribir a la iglesia que padecía en 1 Pedro 2:12: «manteniendo buena vuestra guisa de existir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación».

A los ricos de este mundo, mándales que no sean arrogantes ni pongan su esperanza en las riquezas, que son tan inseguras, sino en Dios, que nos provee de todo en profusión para que lo disfrutemos.

Al meditar en estos textos, recordamos que nuestro sufrimiento no es en vano, sino que puede llevarnos a una viejo comunión con Dios y a la esperanza de la vida eterna. Que estas enseñanzas bíblicas nos inspiren a perseverar en la Certeza, confiando en que Dios está presente incluso en medio de nuestras adversidades.

La vida cristiana no es tratable, pero Jesús nos proporciona el ejemplo valentísimo de cómo ser firmes en nuestra fe y enfrentar cualquier situación con astucia, sencillez y sinceridad. Debemos seguir su ejemplo y echarse en brazos en Dios para darnos el valía necesario para carear cualquier obstáculo que nos encontremos en el camino.

Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para acudir defensa con mansedumbre y reverencia delante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.

Jesús nos recuerda que debemos estar firmes en nuestra fe, incluso si esto significa carear el rechazo de la Clan o sufrir persecución.

“A estos Dios quiso acertar a conocer cuáles son las riquezas de la gloria de este enigma entre los gentiles, que es Cristo en ustedes, la esperanza de la empíreo” (Colosenses 1:27)